Wednesday, December 25, 2013

El caso Heidegger visto desde Alemania - Nicolas Weill - Le Monde



La revelación de textos antisemitas diseminados en el "Diario de pensamientos" de Heidegger (los Cuadernos negros, Schwartze Hefte, en curso de edición en la casa que publica la Gesamtausgabe, Vittorio Klostermann) continúa produciendo las predecibles ondas de choque.

Ahora es el turno para que la prensa alemana se introduzca en el affaire retomando los elementos de un escándalo inicialmente parísino, mientras proporciona a su vez informaciones suplementarias. En un artículo publicado en el Frankfurter Allgemeine Zeitung (14-12-2013) titulado "Debakel Frankreichs für Philosophie", Jürg Altwegg, un agudo observador de la escena intelectual hexagonal (francesa), ironiza sobre los acontecimientos de los últimos días. Él se pregunta sin rodeos cual sería la actitud de la filosofía francesa contemporánea cuyas grandes glorias, Jacques Derrida en particular, no han parecido dispuestas a creerse las palabras mordaces de George Steiner sobre lo que las "notas a pie de página" de Heidegger podrían desvelar, mientras que por el contrario sus muchos partidarios franceses han hecho de todo para exonerar al autor del "Ser y Tiempo" de lo peor, es decir, del recurrente antisemitismo que expresaba en pleno regimen hitleriano.

La Heideggerrei (la pasión por Heidegger) siempre ha sorprendido o conmocionado a los más importantes pensadores alemanes de la posguerra, comenzando por Adorno. Para muchos de ellos, el caso ya estaba resuelto, y en Alemania resultaba difícil hacer una carrera en filosofía de la mano de Heidegger, todo lo contrario que en Francia. Sobre todo porque la entrada del filósofo alemán en el universo y en el contexto de las principales tendencias del nacionalismo y de la revolución conservadora de la época de Weimar presenta pocas dudas.

Descontextualizado en París, Heidegger parecía allí más inmaterial. He ahí probablemente por qué en Francia el maestro de Freiburg im Breisgau ha irrigado a una gran parte del pensamiento francés, desde los más críticos de Paul Ricoeur a Michel Foucault, pasando por Pierre Clastres y Jean-Luc Marion. El conservatorio Heidegger ha sido por excelencia el de las grandes y selectivas escuelas donde los más carismáticos profesores de filosofía difundían su doctrina, de Jean Beauffret, el dedicatario de la "Carta sobre el humanismo" a Francis Fedier, el guardián de la ortodoxia y de la pureza del maestro, a pesar de todas las evidencias que se han acumulado según se abrían los archivos.

Ahora sabemos un poco más acerca de cómo esos textos, que deben ser puestos en circulación en la primavera, se han filtrado entre los heideggerianos franceses más ferozmente unidos al legado del maestro. Ellos son los que habían defendido tercamente la tesis de un descarriamiento o extravió pasajero de Heidegger en la aventura nacionalsocialista.

Paralelamente a su trabajo de editor de la Gesamtausgabe, el erudito y filósofo Peter Trawny, quien fundó el año pasado en el espacio germanófono el primer Instituto Martin Heidegger en la Universidad de Wuppertal de habla alemana, ha escrito un ensayo sobre "Heidegger Mythos und der der Jüdischen Weltverschwörung  (Heidegger y el mito de la conspiración judía mundial)". Co-autor del Diccionario Martin Heidegger (editions Cerf), donde firmó un artículo muy interesante sobre la relación Hegel-Heidegger, Peter Trawny, como es la costumbre entre los colegas, hizo circular de forma confidencial su manuscrito (el cual no podía salir a la luz antes que la edición de V. Klostermann no fuera acabada), pero finalmente se lo ha tomado a mal porque sus colegas han "violado el embargo".

¿Por qué esta indiscreción, si no deslealtad? ¿Es para torpedear o retrasar la liberación de los documentos susceptibles de colocar sobre la empresa heideggeriana una sombra definitiva? ¿Se quiere desactivar de antemano el impacto de estos descubrimientos?


PD. Hace unas semanas descubrí en la librería La Central de Madrid una revista con un artículo del filósofo Gianni Vattimo, claramente enmarcado dentro del ámbito de la extrema izquierda europea, donde se describía como antisionista.

El artículo no era gran cosa si tomamos como referente al antisionismo y anti-Israelismo de la extrema izquierda occidental. Su antisionismo era más bien cultural que territorial, político o "moral", y parecía tener como elemento desencadenador clave un hecho para mí sorprendente. Aún estando enmarcado dentro de las últimas guerras en Gaza, y  de hacer apelación a ese sorprendente "genocidio palestino" que incrementa su población, el núcleo de su antisionismo parecía provenir de su reproche dirigido contra un nebuloso y conspirativo "sionismo filosófico" (Farias y Faye) responsable de las revelaciones y cada vez mayores caracterizaciones de su "ídolo cultural y maestro", Heidegger, como un filósofo de claras raíces e influencias antisemitas.

Resulta sorprendente como buena parte de la extrema izquierda europea ha terminado haciendo suyos y tomándolos como influyentes maestros - quizás por haber sido declarados enemigos de la sociedad occidental y capitalista de su época - a intelectuales fascistas y antisemitas alemanes como Heidegger y Carl Schmitt. Hablamos de los heideggerianos y/o schmittianos de (extrema) izquierda.

Vattimo ya ha tenido declaraciones bastante controvertidas, aunque más bien de carácter provocador, sobre su "reevaluación de la certidumbre de los Protocolos de Sión". El artículo antisionista de marras también expresaba bastante hartazgo sobre el hecho judío, a pesar de su declarado respecto por figuras como Spinoza, Kafka, Einstein o Freud, todos ellos judíos seculares y grandes figuras culturales. Es decir, un antisionismo cada vez más unido a un antijudaísmo no solo religioso, sino como expresión de desagrado ante una identidad judía manifiesta.

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