Saturday, August 12, 2017

¿Se han convertido los judíos franceses en "colonos", indignos de atención, compasión y justicia, para los políticos y los medias franceses? - Giulio Meotti



Un inmigrante argelino musulmán atropelló con su automóvil a seis agentes de policía franceses en el suburbio parisino de Levallois-Perret. Dos oficiales franceses sufrieron graves heridas. Los medios de comunicación y las autoridades francesas no tuvieron dudas. "El terror volvió a París", "Un acto voluntario y deliberado (de terrorismo)". Nadie cuestionó la motivación del presunto terrorista argelino que trató de derramar la sangre de los policías franceses. Nadie le calificó de lunático o de desequilibrado.

"¿Qué piensan ustedes, debemos llevar a este desequilibrado a observación  psiquíatrica mientras se evaluan las razones de sus acciones?", publicó el Crif, la organización central de los judíos franceses, en su Facebook sobre el atacante en Levallois-Perret. Era una provocativa pero valiente referencia al establishment francés por su muy diferente comportamiento ante asesinato de una mujer judía, Sarah Halimi, por un hombre musulmán, Kobili Traore, que fue enviado a la observación psiquiatrica alegándose una locura transitoria a pesar de que no tener ningún registro previo de enfermedad mental o desequilibrios psicológicos.

De hecho, el asesino gritó "Allah Akbar" mientras golpeaba a Sarah Halimi y finalmente la tiraba por la ventana. La omisión por parte del órgano judicial, y por los medios de comunicación,  del elemento agravado de un crimen de odio causado por un evidente antisemitismo, según el presidente del CRIF Francis Kalifat, resultaba un conveniente "encubrimiento" del carácter antisemita del crimen (ocurrió en plena campaña electoral, y algunos debieron temer que la noticia tuviera un efecto electoral).

Los medios franceses sólo cubrieron la muerte de Halimi dos meses después de que sucediera.

Hemos visto antes este mismo mecanismo con otro Halimi, Ilan Halimi, un muchacho judío secuestrado en las afueras de París por un gang de jóvenes procedentes principalmente de la inmigración musulmana, encarcelado durante 24 días y torturado hasta la muerte sólo porque era judío. El periodista francés Guy Millière escribió que "los gritos de Ilan fueron escuchados por sus vecinos porque eran especialmente atroces: los asesinos desfiguraron el cuerpo del joven, le rompieron los dedos, le quemaron con ácido y finalmente le prendieron fuego".

Como en el caso de Sarah Halimi, el antisemitismo también fue negado por las autoridades políticas, la policía y los medios de comunicación. Como dijo Francis Szpiner, el abogado de la familia de este joven judío francés, "el silencio mató a Ilan Halimi y la justicia ha ayudado a perpetuar esta conspiración de silencio, porque al público no se le dijo por qué fue asesinado".

Parece que en Francia, como en el resto de Europa, un "desequilibrado" lo es especialmente si ataca a los judíos. Se trata de la misma conspiración de silencio de las élites europeas cuando los terroristas palestinos asesinan a los israelíes que viven en Judea y Samaria. El doble estigma de "colono" y "judío" les hace poco apropiados para encabezar los titulares y que se cuente la verdad.

¿Los judíos franceses se han convertido en "colonos", indignos por lo tanto de atención, compasión y justicia?

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