Friday, September 22, 2017

El extraño caso del Dr. Bibi y Mr. Netanyahu - Yoaz Hendel - Ynet



Lo más obvio del discurso de Netanyahu en la Asamblea General de la ONU es la brecha existente. La tremenda distancia entre ese inspirado discurso, las reuniones con los líderes mundiales, su éxito como el estadista más veterano en el mundo occidental y lo que sucede en casa.

Usted no tiene que ser un reportero en el Canal 20 para evaluar las habilidades de Netanyahu. Probablemente es el mejor orador que el Estado de Israel haya tenido. Sus mensajes reflejan lo que piensa la mayoría de los sanos israelíes que creen en este país, con sus manos llevando un tempo perfecto y con sus trucos funcionando siempre.

Usted no tiene que ser un izquierdista que pertenece al campo de "Cualquiera excepto Bibi" para ver lo qué le sucede cuando cruza el océano y llega a Eretz Israel.

Es como si tuviéramos dos primeros ministros. El primero hace todo lo que es correcto y apropiado, logrando aprovechar el apoyo sin precedentes - excepto alguno claro está - de los presidentes de los Estados Unidos y promoviendo las relaciones públicas con los estados árabes más moderados.

El segundo primer ministro se enreda con su ex superintendente, con los gastos de alimentación de la residencia del primer ministro y con sus referencias a los medios de comunicación.

Netanyahu recordó hace unos días al mundo en la ONU la contribución de Israel y, vicariamente, también recordó a los israelíes sus éxitos como primer ministro.

Tenía toda la razón cuando habló sobre la hipocresía de la ONU y sobre la justicia cuando habló de Irán. Tenía razón en cada palabra que dijo, pero al salir del podio también dejó allí su sentido de justicia.

A pesar de las habilidades retóricas de Netanyahu, lo que realmente puede recordarse de la sesión fue el discurso beligerante de Trump contra Corea del Norte. Si hay un cambio en el equilibrio nuclear del mundo, es probable que provenga de la escalada alrededor de este discurso.

Nos resulta difícil decir esto en voz alta, pero lo de Irán ya está hecho. Los chinos y los rusos han estado cooperando con Irán desde que Obama firmó el acuerdo. Los intereses económicos prevalecen sobre el deseo de los Estados del Golfo e Israel de ver a Irán restringido.

El error estratégico de Obama ya no puede ser corregido, los chinos y los rusos lo evitarían, en contraste con su actitud hacia Corea del Norte, y es dudoso que este error pueda ser corregido tal como lo exigimos. El daño de Obama al Oriente Medio no fue causado por el aleteo de una mariposa (la teoría del caos).

Y aquí está precisamente la mayor tragedia de Israel, que a pesar de los exitosos discursos de Netanyahu en Naciones Unidas (11 en total), y aunque ha logrado incluir a Irán en la agenda internacional desde la década de 1990, la tendencia siempre es la misma. Irán es un estado en el umbral nuclear que vive y respira con y sin sanciones.

Irán es la causa del terrorismo internacional. Parte de sus políticas están dirigidas contra nosotros, y sin embargo la comunidad internacional no tiene interés en atender a los mensajeros de Israel. Nos hemos convertido en profetas del apocalipsis, en comentaristas como sustitutivo de unos jugadores activos con el potencial de un ataque militar, tal como lo fuimos durante el segundo mandato de Netanyahu.

De hecho, somos una luz para las naciones en muchas áreas, pero lamentablemente no lo suficiente como para cambiar el equilibrio estratégico. Un discurso es sólo un discurso. Y esto es así tanto cuando está repleto de mezquindad ante los activistas del partido y cuando llena a los israelíes de orgullo nacional.

Todos merecemos tener al Netanyahu que representó a Israel en las Naciones Unidas en el propio Israel. Experimentado y estadista. Eso sería suficiente como resultado práctico del discurso.

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